Valparaíso, a minutos del 11, exhibe pocos vestigios de la memoria sobre el ex presidente Allende, al menos en el centro de la ciudad. Postal tradicional en la víspera del 11: escasea la locomoción y los porteños intentan llegar antes a sus casas. El 11 de septiembre representa el duelo permanente de un país en el que la memoria lucha por emerger en medio del andamiaje ideológico de la historia oficial. En Valparaíso comenzó el golpe. La gloriosa Esmeralda fue recinto de detención y tortura desde el primer momento. Por culpa del rol de los marinos antes, durante y después del golpe, la imagen de la institución no logra limpiarse. Los que saben dónde están los cuerpos de los desaparecidos no tienen intenciones de abrir la boca. La cicatriz no cierra. La violencia inspira a muchos y la memoria pasa a segundo plano. Y la justicia durante la dictadura quedo absolutamente en tela de juicio. El clan, pese a todo el esfuerzo por borrar los recuerdos, ha tenido que sufrir el escarnio público por el origen de su fortuna. Porque ni la muerte ha evitado el juicio moral del mundo contra la figura de uno de los últimos dictadores del fin del mundo. ¿Te gustó? Apreciar Revisa otros artículos Valpo: 10 años después Ver (R)amadas Ver Fuego Rebelde Ver Memoria golpeada Actual Primer Amor Ver Juego de Votos Ver Fiebre del Norte Ver Casi Libres Ver Anterior Siguiente Volver a reportajes