Colombia. Antioquia. Valle del Burrá. Medellín. Estación San Antonio del Metro. Territorio paisa.

Clima es templado y húmedo. Le llaman la «ciudad de la eterna primavera» por sus 22 grados promedio anual.

Con los problemas de las urbes grandes: miles de motos eluden los tacos o "trancones" como le llaman acá.

2,5 millones de habitantes: todos paisas amantes de su tierra.

Como toda urbe latinoamericana, Medellín también tiene pobreza en sus esquinas.

Los rostros de la historia colombiana habitan en sus numerosos billetes.

Medellín es el segundo centro económico más importante de Colombia.

Las cifras oficiales indican que Medellín es la ciudad más desigual de Colombia (2012).

Hoy Medellín va dejando atrás la sombra de la violencia y en narcotráfico que alguna vez la eclipsaron.

El deporte interesa a los colombianos de Medellín.

Los cumpleaños también se toman los parques.

Los paisas: gente sonriente en una ciudad donde la primavera se quedó a vivir.

Paisaje Paisa

Colombia no es un país homogéneo. Prácticamente no existe “lo colombiano” 100% puro. Más bien se trata de una reunión de diversos tipos de personas cuyas características están directamente determinadas por territorios en los que habitan. Así, la gente de Cartagena no es igual a la de Cali, ni la de Bogotá muy similar a la de Medellín. Cada uno de los habitantes de Colombia se siente y es colombiano, pero también y en algunos casos con más fuerza, es y se siente caleño, antioqueño o bogotano. Cada uno de ellos es hincha de su tierra, pero quizá donde más evidente es dicho afecto es entre los paisas o antioqueños, los habitantes del departamento de Antioquia, cuya capital es Medellín. Los paisas son gente amable y expresiva. Todo el mundo se trata de usted. Esperan pacientes en la fila del supermercado, del cajero automático, de la caja del Metro. Los camiones de comida florecen en las calles. La gente ocupa los parques para celebrar sus cumpleaños o hacer deporte. Tras el volante se transforman un poco. Es que Medellín tiene mucho auto y mucha moto dando vueltas por todos lados. Igual que el negocio de la seguridad está en todas partes. Ahora que parece que se irá avanzando con más ganas hacia la paz, una buena pregunta es qué pasará con todo el dinero que mueve el negocio de la seguridad pública y privada. En qué trabajarán los miles de guardias ahora que se supone que la violencia irá en retirada. En qué trabajarán los ex guerrilleros ahora que dejarán las armas, se supone. Los parlantes del Metro de Medellín emiten mensajes de respeto y consideración hacia los demás. El Metro es orgullo de los antioqueños. Lo cuidan. Los pocos rayados que se ven en las calles se mantienen alejados de sus vagones. El tema del plebiscito no se toma las calles una semana antes de recibir a los colombianos en las urnas para sellar el acuerdo de paz. Hay manifestaciones pero son escasas. El tema está en los medios. Y los medios están optimistas. Y optimista quiere decir que creen y quieren que gane el SÍ. Pero no. En Colombia finalmente ganó el NO. Y en Antioquia y Medellín arrasó el NO (y por eso, junto a la alta abstención, es que en Colombia ganó el NO). Es el carácter de los antioqueños: no podían ser menos que el resto de los colombianos y definieron el plebiscito con sus votos.