Cerro Abajo

El verano en Chile es sinónimo de festivales y eventos masivos varios. Por acá en el Puerto ya adoptamos cada mes de febrero la competencia "Valparaíso Cerro Abajo", actividad que reúne a decenas de ciclistas (riders) que descienden velozmente desde lo más alto de la ciudad hasta el corazón de su centro a nivel del mar, desafiando las irregulares vías y escaleras porteñas en bicicleta. Cualquiera que conozca Valparaíso y su geografía sabe que se trata de un escenario ideal. Único. La bebida energética Red Bull -maquinaria global de los deportes extremos y el márketing- lo sabe y por eso en esta ocasión decidió llevar la prueba en directo a todo el mundo. Seguramente, miles de fans del descenso urbano quedaron fascinados con esta ciudad loca perdida en el fin del mundo. Punto para Valpo. Los parroquianos locales se preparan para disfrutar la fiesta del rodado bicicleto. Claro, también surgen voces que critican el evento por su carácter invasivo con calles cerradas y un domingo que para algunos vecinos se convierte en una pesadilla. Al otro lado, cientos de visitantes y varios porteños se las ingenian para sobrevivir y ganar alguna entrada extra para el bolsillo vendiéndoles lo que sea: asados en veredas y un diverso comercio culinario callejero acompañado de música y mucho sol. Gente cerca de Plaza Aníbal Pinto aplaudiendo los saltos finales y pidiendo autógrafos a riders en sus gorras y poleras. Callejones, recovecos y barandas transformadas en pista de carrera. La versión 2018 por primera vez tiene al porteño Matías Núñez arriba del podio celebrando un más que meritorio 3er lugar, el 2do puesto se lo llevó el neozelandés Matt Walker,mientras que el oro fue para el checo Tomás Slavic, quien resultó ser el más rápido bajando desde casi Montedónico hasta los pies de la estatua de Carlos Condell. Se desarma el podio, vuelan las vayas papales, se van los stand y los dj's apagan sus tornamesas. La calles se despejan, el lunes vuelve a pasar el trole y los porteños seguiremos tomando la "O" para bajar y subir al Plan en la que para muchos es la verdadera prueba extrema de descenso urbano cerrícola.