El Santo Patrono

Bajo un sistema frontal que hasta el domingo 1 de julio no se manifestaba tan rudo como se previó, los pescadores de la Caleta El Membrillo de Valparaíso se preparan para celebrar bajo la lluvia a su santo patrono: San Pedro. La piedra sobre la cual Jesús dijo que iba a construir su iglesia. La iconografía lo muestra a cargo de las llaves del cielo. No es un personaje menor en la tradición cristiana. Por eso en la Caleta El Membrillo hay música y trajes de origen nortino para bailarle al santo colega. Los pescadores y sus familias también se preparan para dar de comer a los visitantes que todos los años se dejan caer. Porque junto con la fe, esta fiesta religiosa tiene un componente económico: el santo patrono de los pescadores es una oportunidad para recolectar dinero a través de la venta masiva de pescado frito ahí mismo. Pero este primer domingo de julio viene con lluvia, lo que desmotiva a los comensales y devotos. La crisis de la pesca artesanal chilena es evidente en esta celebración de San Pedro 2018. Hay música pero también se respira pobreza y falta de oportunidades en torno de un oficio que desaparece. Se le pide a Pedro que le pida al jefe que otra vez, un par de miles de años después, les multiplique los peces, pero para siempre y para todos y no sólo para los depredadores de turno.